Por primera vez en la historia institucional de Salta, un ciudadano boliviano asumirá como concejal. Se trata de Carlos Lalo Burgos, un conocido comerciante gastronómico de Salvador Mazza, quien el próximo 10 de diciembre ocupará una banca en el Concejo Deliberante de esa ciudad fronteriza, integrando el bloque oficialista.
“Don Lalo”, como todos lo conocen en la localidad, es dueño de un comedor que ofrece comidas típicas de Bolivia. Aunque no ha perdido su tonada natal, hace años que reside en la ciudad salteña, donde posee doble nacionalidad, al igual que muchos vecinos de la zona, marcada por una intensa dinámica social y comercial con el país vecino.
Además de Burgos, asumirán también el profesor Jorge Vargas, actual funcionario del Ejecutivo municipal; Sonia Margot Solís, docente jubilada; y Raúl Américo Soruco, edil que renueva su mandato. Con estos nombres, el intendente Gustavo Subelza contará con una mayoría absoluta en el Concejo, ya que 7 de los 9 ediles serán oficialistas. Como oposición quedarán Cristian Ledesma, abogado, y Gladys González, disidente del oficialismo tras tensiones por pedidos de informes durante la gestión.
La presencia de un concejal nacido en Bolivia no pasó inadvertida. “Muchos se preguntan por qué alguien de otro país puede ocupar un cargo electivo en Argentina, pero la gente lo eligió con su voto”, expresó Gerardo Argañaraz, actual concejal y comunicador de la zona. “Para nosotros no es raro, es un vecino más, comprometido con la comunidad”, afirmó.
Sin embargo, Argañaraz también aprovechó para señalar algunas situaciones que generan controversia en Salvador Mazza: “Esto no deja de ser una ciudad de sorpresas. Hace poco fue detenido un comandante de Gendarmería, hermano de quien dirige la Dirección de Prevención de Adicciones en el municipio. No es un caso menor”, advirtió.
A eso se suma otro episodio polémico: un veterinario detenido por narcotráfico en 2017, en un operativo con un millonario decomiso de cocaína cerca de La Estrella, “ya está trabajando en el área de bromatología del municipio. Dicen que aún lleva la tobillera electrónica, pero ahí está, como si nada. La gente comenta, se indigna, pero las autoridades miran para otro lado”, concluyó el edil.
Entre avances democráticos, decisiones populares y contradicciones institucionales, Salvador Mazza vuelve a estar en el centro de la escena.
FUENTE: EL TRIBUNO
