Un reciente estudio realizado en Suecia reveló que el uso excesivo de dispositivos móviles entre adolescentes está estrechamente vinculado a problemas de sueño y síntomas depresivos, especialmente entre las chicas. La investigación, liderada por el Instituto Karolinska, evaluó durante un año a 4.810 estudiantes de entre 12 y 16 años.
Los adolescentes afirmaron pasar entre tres y cuatro horas diarias frente a pantallas, superando el límite de dos a tres horas recomendado por la Agencia de Salud Pública sueca. A pesar de que tanto chicas como chicos usan los dispositivos durante un tiempo similar, los investigadores hallaron que las adolescentes presentaban el doble de signos de depresión en comparación con sus pares varones.
El informe, publicado en la revista científica PLOS Global Public Health, destaca que el uso prolongado de pantallas altera el ritmo natural del sueño, provocando que los adolescentes se duerman más tarde y afectando la calidad y duración del descanso. Este “desplazamiento” de los biorritmos biológicos fue más notorio en mujeres jóvenes.
“Reducir el tiempo frente a pantallas probablemente contribuiría a disminuir la carga de síntomas depresivos, sobre todo entre mujeres jóvenes”, concluyen los investigadores, alineados con recomendaciones previas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Si bien el estudio no afirma una relación causal directa entre las pantallas y la depresión, sí establece una fuerte correlación. Expertos como Chris Ferguson, profesor de psicología en EE. UU., advierten que el método —basado en autoevaluaciones de los adolescentes— puede tener limitaciones. Sin embargo, otros científicos consideran que estos hallazgos podrían servir de base para definir políticas escolares que regulen el uso de celulares en días lectivos y promuevan mejores hábitos de sueño.