Las calles de Jartum siguen siendo un infierno para los civiles, por quinto día consecutivo tras el estallido de la violencia el pasado sábado 15 de abril.
A pesar de la supuesta tregua de 24 horas acordada el martes 18 de abril en la tarde, este miércoles la capital sudanesa despertó con el fuego cruzado entre los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y el Ejército, que codirigen el denominado Consejo Soberano para la transición a un eventual Gobierno civil y que se disputan el poder.
En las últimas horas, las FAR emitieron un comunicado en el que señalan que iniciarán un cese al fuego a partir de las 16:00, hora local, de este miércoles 19 de abril. Su contraparte no se ha pronunciado aún al respecto.
“Confirmamos nuestro pleno compromiso con un alto el fuego completo, y esperamos que la otra parte cumpla con el alto el fuego de acuerdo con el tiempo anunciado”, agregó RSF en un comunicado.
Pero la violencia continúa y deja alrededor de 200 personas muertas desde el pasado fin de semana, según confirma la ONU, aunque la cifra puede ser mayor en medio de los continuos enfrentamientos.
Cadáveres en las calles y coches blindados totalmente calcinados, ese era el panorama de Jartum durante la supuesta tregua, a pesar de los pedidos de la comunidad internacional para establecer corredores humanitarios y sacar a los civiles de la ciudad.
“No hay ningún alto el fuego”, informó Bastien Renouil, corresponsal regional de France 24, citando fuentes sobre el terreno desde Nairobi.
Mientras una espesa humareda se elevaba hacia el cielo, desde el centro de Jartum se oían continuos bombardeos y fuertes explosiones de los alrededores del complejo del Ministerio de Defensa y el aeropuerto -fuertemente disputados- durante la madrugada de este 19 de abril.
Sin suministro de agua ni luz y con una reserva de alimentos cada vez más escasa, los sudaneses que se encuentran en medio del conflicto empiezan a desesperarse. Por eso, este miércoles por la mañana miles de personas empezaron a abandonar sus hogares en Jartum, familias enteras se alejaron de la ciudad en coche o a pie.
“Algunos centros de suministro de agua y electricidad han sufrido daños (…). La zona residencial de Riyad, en el este de Jartum, lleva 48 horas sin agua ni electricidad. Se está organizando la solidaridad con los vecinos que tienen un generador eléctrico que todavía funciona. Pero pronto se quedarán sin combustible para alimentarlo”, aseguró la periodista independiente Augustine Passilly a France 24.
“Aquí ya no podemos estar, ya no hay nada”, sostuvo un residente de Jartum ante la agencia Reuters.
El fracaso de la transición democrática
Las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), dirigidas por el general Mohamed Hamdane Daglo o “Hemedti”, y el Ejército, dirigido por el general Abdel Fattah al-Burhane, se lanzaron acusaciones cruzadas de no respetar la tregua en medio del caos. Tras la mediación del secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, ambas partes habían acordado un cese de hostilidades a partir de la tarde del martes, pero los disparos no cesaron en ningún momento.
“Si las FAR publican un comunicado diciendo que controlan un edificio o institución, el Ejército publica otro comunicado diciendo que ‘no, no es así’ y que son ellos los que tienen el control. Así que es imposible saber exactamente lo que está ocurriendo sobre el terreno”, apuntó Renouil, en lo que denominó como una “guerra de comunicación”.
En este contexto, las diferentes embajadas en Sudán intentan sacar a sus ciudadanos del país. Una tarea complicada en medio del fuego cruzado y con los vuelos internacionales suspendidos.
El pasado lunes 17 de abril, un convoy diplomático estadounidense fue tiroteado, el embajador de la Unión Europea fue “atacado en su residencia” en Jartum y el jefe belga de la misión humanitaria de la UE fue “hospitalizado” tras recibir un disparo.
Los enfrentamientos han hecho fracasar el último plan, apoyado internacionalmente, para la transición democrática del país cuatro años después de la caída de Omar al-Bashir, que estuvo tres décadas en el poder.
Tras protestas masivas en su contra, al-Burhane y Dagalo derrocaron juntos a al-Bashir en abril de 2019. Pero ahora, ambos se autodenominan como “salvadores” de la democracia en Sudán y compiten por el poder.
Al-Burhane encabeza un consejo de Gobierno provisional, mientras que Dagalo se ha desempeñado como su adjunto en ese órgano. En los últimos meses, han diferido en varios asuntos como el calendario para las elecciones democráticas del país o la integración de las FAR al Ejército.
La gota que colmó el vaso fue la fuerte represión policial contra manifestantes que exigían el inicio de la transición a la democracia y que se ha saldado con al menos 120 civiles muertos en los últimos meses.
Con Reuters y AFP