Cumbre de Kazán: Venezuela y Nicaragua quedan fuera de los BRICS en una decisión sorprendente

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Reportes desde la ciudad rusa señalan una victoria diplomática para Lula, cuyo Gobierno trabajó en un lobby para bloquear el ingreso de esos dos países.

Durante la cumbre de los BRICS, celebrada esta semana en Kazán (Rusia), se confirmó que Venezuela y Nicaragua no formarán parte de este bloque de economías emergentes, una decisión tomada ante la presión del gobierno brasileño de Lula da Silva, que manifestó su descontento con Nicolás Maduro, especialmente luego de las recientes y controvertidas elecciones en Venezuela.

La decisión supone un gran golpe para el líder del régimen venezolano, que viajó expresamente a Kazán para reunirse con su par ruso, Vladimir Putin, en un intento por fortalecer la economía de su país en esta alianza, creada por Brasil, Rusia, la India y China en 2006 y a la que se unió Sudáfrica en 2010.

Reportes desde la ciudad rusa anfitriona de la cumbre señalan que este hecho fue una victoria diplomática para Lula, cuyo gobierno trabajó en un lobby en las últimas semanas para bloquear el ingreso de esos dos países al bloque. El principal asesor de Lula en política externa, Celso Amorim, había dicho que Brasil no se oponía a la inclusión de nuevos países, siempre y cuando “tengan peso político” y contribuyan a la pacificación del mundo.

Las relaciones de Lula con Maduro se han deteriorado tras las controvertidas elecciones venezolanas del 28 de julio, comicios en los que se proclamó su victoria sin mostrar hasta la fecha las actas electorales. Según la oposición, liderada por María Corina Machado, que subió copias de cada acta a la nube, el ganador fue Edmundo González Urrutia, con más del 67% de los votos.

“Venezuela está en el camino de los BRICS, porque está en el camino del equilibrio del mundo, para construir un mundo multipolar, multicéntrico”, señaló Nicolás Maduro.

Antes de la cumbre, Amorim expresó: “Yo no defiendo la entrada de Venezuela. Creo que hay que ir despacio. No sirve de nada llenar (los BRICS) de países, de lo contrario pronto se creará un nuevo G-77”.

Amorim se reunió, el lunes, con el mandatario brasileño, convaleciente tras sufrir un accidente doméstico, y señaló que el ingreso de nuevos miembros al foro “tiene que ser muy bien estudiado” dentro de un contexto mundial “polarizado y multipolar”. Debido a ese accidente, Lula canceló su viaje para la cumbre.

Además, el asesor de Lula indicó: “Hay que tener una concepción estratégica de las admisiones; recuerden que el mundo está viviendo guerras con el potencial de convertirse en guerras mundiales. Así que los criterios de admisión son más importantes que el propio país”.

“No sirve de nada llenar (los BRICS) de países, de lo contrario pronto se creará un nuevo G-77; creo que hay que ir despacio”, afirmó el asesor Celso Amorim.

Lula fue acusado por el régimen venezolano der ser “un agente de la CIA”, por lo que las relaciones con ese Gobierno están tensas y frías. Y en agosto pasado, Brasil rompió relaciones diplomáticas con Nicaragua, país que expulsó al embajador brasileño, luego de que el mandatario criticara la persecución a obispos y sacerdotes católicos por parte del régimen de Daniel Ortega.

Sobre el ingreso de Nicaragua al bloque, Lula dijo: “Brasil no puede aceptar su entrada porque Nicaragua fue ofensiva”. En la última cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, Ortega indicó a Lula: “Si quieres que te respete, respeta la victoria del presidente Nicolás Maduro y no andes allí arrastrado”. Le recordó, además, “los escándalos, Lava Jato”, añadiendo que los suyos “aparentemente no eran gobiernos muy limpios”.

“Venezuela es uno de los viejos y fiables socios de Rusia en América Latina; las relaciones de asociación estratégica  continúan fortaleciéndose”, dijo Vladimir Putin.

El martes, algunos periódicos brasileños publicaron la noticia de que, gracias al veto del Presidente brasileño, tanto Venezuela como Nicaragua fueron retirados de la lista de nuevos candidatos. Sin embargo, también ese día, el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, afirmó que “el tema de la ampliación de los BRICS no está en la agenda”.

En cambio, Lula sí apoyó el ingreso de Bolivia y Cuba al bloque, que propone otro paradigma de dominio y desarrollo ante la hegemonía de Estados Unidos y sus aliados europeos y asiáticos.

En esa línea, el periodista y escritor boliviano Robert Brockmann aseguró: “El Presidente de Brasil pidió a su canciller, Mauro Vieira, que vetara o no impulsara la entrada de Venezuela y Nicaragua al BRICS; el motivo: su asesor, Celso Amorim, sugiere evitar conflictos innecesarios. Para él, solo deben entrar países que aporten al BRICS y contribuyan a la paz mundial”.

Lula desconfía de Maduro, aseguró Brockmann, y señala que, a juicio del mandatario, Venezuela y Nicaragua no cumplen con los requisitos democráticos mínimos.

Lula, que sigue exigiendo que Maduro muestre las actas de las elecciones, tampoco ha reconocido a González Urrutia como presidente electo de Venezuela.

Sobre Bolivia, Brockmann estimó que “aunque el gobierno del MAS sueña con entrar en el grupo que representa un tercio de la economía mundial, Bolivia no está en la ‘lista corta’ de espera”.

“El BRICS es una prueba tangible de la posibilidad de crear un nuevo orden mundial más equilibrado y justo para la humanidad”, dijo Luis Arce.

Espaldarazo a Putin

Esta cumbre de Kazán también es vista como un espaldarazo a Putin, para que no se vea “tan aislado” de Occidente, por la invasión a Ucrania. Más de 20 jefes de Estado participaron en la cumbre en Kazán, como los de China, Sudáfrica e India.

Putin dijo que el camino hacia un mundo multipolar es “irreversible” y que, con el apoyo de esas potencias, el líder ruso intenta mostrar a EEUU y a Europa que su país no está aislado, pese a las duras sanciones por la guerra.

Aunque su país no es miembro oficial, Maduro sí intervino durante una plenaria, el pasado miércoles, y dijo que con los BRICS “nació una nueva época y nuevas superpotencias”.

 “Cuba, Venezuela y Bolivia aspiramos, desde la modestia, pero desde la grandeza de nuestros sueños, a que se respete nuestro derecho a la independencia, al futuro y al desarrollo”.

El mandatario venezolano salió de su país por primera vez en una gira internacional desde el 28 de julio, cuando se celebraron las elecciones en las que el órgano electoral, controlado por el chavismo, le otorgó el rótulo de vencedor. Al pisar suelo ruso, el líder venezolano expresó que “ya somos parte de esta ingeniería del mundo pluripolar que está naciendo”.

Brasil, Rusia, la India y China crearon en 2006 el grupo BRIC, al que se unió Sudáfrica en 2010, añadiendo al acrónimo la letra “S”. Mientras, en 2024 la agrupación incluyó a otros cuatro miembros: Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía.

Arabia Saudí, por su parte, sopesa su participación en el bloque como miembro de pleno derecho, situación que podría aclararse durante la reunión en Kazán.

Lee también: Venezuela tilda de “gesto hostil” el veto de Brasil para su ingreso a los BRICS

Además, los miembros del BRICS estudian el ingreso de 15 países a su agrupación en calidad de socios, entre ellos Tailandia y Malasia.

Maduro y Putin sostuvieron un encuentro, el miércoles, tras la que el ruso reconoció al país sudamericano como “uno de los viejos y fiables socios de Rusia en América Latina y en el mundo en general”.

Para el líder del Kremlin, el socio más importante en ese frente es China. En su encuentro con Xi Jinping, afirmó que la cooperación ruso-china en asuntos globales es uno de los factores estabilizadores en la escena internacional.

“Tenemos la intención de seguir ampliando la cooperación en todas las plataformas internacionales para garantizar la seguridad global y un orden mundial justo”.

A Brasil le interesa su lugar como el único sudamericano en BRICS

El sitio Misión Verdad publica un interesante análisis en el que señala que el año pasado Lula da Silva estaba abierto a la expansión de los BRICS y a la inclusión de Venezuela. La declaración de Amorim, en tal sentido, representa un cambio agresivo de postura que deteriora el vínculo Caracas-Brasilia.

“Soy partidario de que Venezuela integre los BRICS. Nos vamos a reunir pronto y tenemos que evaluar varias solicitudes de integración”, afirmó Lula en mayo, y añadió que “la nueva geopolítica está caracterizada por dos elementos: unidad de nuestra América en la diversidad y el rol de los BRICS, que se perfila como el gran imán de los países que quieren cooperación”.

También, el año pasado, Brasil impulsó el ingreso de Argentina, pero cuando Javier Milei llegó al Gobierno, dio por terminada la solicitud de membresía en el bloque.

Pero desde el punto de vista estratégico, a Brasil le interesa mantener su lugar como el único miembro latinoamericano de los BRICS, una posición con la cual evita contrapesos geopolíticos y, al mismo tiempo, protege el monopolio sobre la conducción de los asuntos regionales frente al resto de las potencias del bloque.

De hecho, la propuesta de incluir a Argentina tenía como premisa que Brasilia administrara los tiempos y alcances de la adhesión de Buenos Aires, y ubicarlo como el hermano pequeño del gigante brasileño dentro de la alianza.

Dentro de la concepción geopolítica de Planalto e Itamaraty, la participación de Venezuela en los BRICS desplazaría demasiado el eje geopolítico de la región y del bloque hacia la multipolaridad, por el fortalecimiento de los nexos con Rusia y China. Esto debilitaría el enfoque de Lula y Amorim en cuanto a preservar los lazos estratégicos de Brasil con Washington y Bruselas, al mismo tiempo que resguarda los vínculos económicos con los BRICS.

En este sentido, Venezuela podría convertirse en un aliado incómodo dentro del grupo, que no podría ser controlado como Argentina y que impulsaría un afianzamiento de la multipolaridad a contracorriente de la política exterior brasileña, marcada por enfatizar los vínculos con Occidente.

Lee también: El “paso” de Bolivia hacia los BRICS genera un nuevo punto de discordia en la disputa interna del MAS

El conflicto existencial entre Caracas y Washington, que podría profundizarse después de las elecciones presidenciales en EEUU en noviembre, implicaría que Brasil tendría que apoyar a su socio venezolano en los BRICS en oposición a Washington.

Al estar ambos dentro del grupo, Brasil estaría obligado a sostener una activa relación política y económica con Venezuela, y así desafiar las sanciones ilegales y la narrativa de desconocimiento de la presidencia de Nicolás Maduro impulsada desde la Casa Blanca y el Departamento de Estado.

Lula y Amorim han leído estos eventuales dilemas, por lo que han decidido oponerse a la incorporación de Venezuela con vistas a reducir cualquier costo político que implique torcer o complicar la relación con EEUU.

Con tal oposición, el Presidente brasileño y su principal asesor en materia internacional exponen que su visión es más eurocéntrica que multipolar, y que los BRICS son un instrumento con fines económicos más que una apuesta geopolítica decidida a construir un nuevo orden global, un horizonte hacia el que Venezuela se dirige, y que promueve activamente. (Misión Verdad)

Venezuela, “vergüenza global” y la “fuga a Kazán” 

El miércoles 24 de octubre se conoció que, mientras Arabia Saudita sigue dudando sobre su incorporación plena al grupo de los países BRICS, 13 países han entrado en la antesala como miembros no plenos (socios), eufemismo para decir que no cuentan con la credencial completa y que solo pueden mirar desde la acera de enfrente.

Los mandatarios de Venezuela y Rusia. Foto: EFE

En efecto, entre esos 13 está Bolivia, con lo cual la “fuga a Kazán” tuvo sentido. Luis Arce espera volver a un país en el que los bloqueos de Evo Morales se hayan levantado por cansancio.

Sin embargo, la noticia más importante es que la lista no incluye a Venezuela (sí, a Cuba). En los pasillos se dice que la exclusión de la dictadura de Nicolás Maduro lleva la firma de Lula, quien no estuvo en la cumbre debido a un oportuno accidente doméstico. Lula no ha reconocido la “victoria” del heredero de Chávez en unos comicios en los que las únicas evidencias documentales fueron presentadas por la oposición.

La vergüenza para Maduro es del tamaño del avión de pasajeros de la empresa estatal Conviasa con el que llegó a Rusia.

En la foto oficial de la cumbre, Lucho y Nicolás aparecen convenientemente alejados. Ambos y Recep Tayyip Erdogan, de Turquía, son los únicos jefes de Estado que fueron a la cita para tomarse la foto.

Las reuniones de los BRICS se realizaron en salón exclusivo para Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Etiopía, Egipto, Emiratos Árabes Unidos e Irán.  En el grupo de los 13 socios están, además de Bolivia y Cuba, Malasia, Argelia, Bielorrusia, Indonesia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Vietnam, Uzbekistán y Kazastán.

Con el fin de justificar las 17 horas de vuelo, la Cancillería boliviana intenta instalar la noticia de que Bolivia ya es parte de los BRICS. La verdad es otra. Tanto Arce como Maduro fueron a Rusia para ayudar a generar la idea de que Putin no está aislado tras haber invadido a su vecina Ucrania. (La H Parlante).

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